Relación entre WiFi e Internet
Muchos usuarios no son conscientes de que su WiFi puede suponer un cuello de botella para la navegación web.
Si tenemos una ADSL de las más rápidas pero nuestro WiFi logra bajas
tasas de transferencia por culpa de una mala configuración, un estándar
anticuado o un elevado nivel de interferencias, veremos cómo logramos
mejorar la navegación solo con conectarnos directamente por cable.
Aun así, nuestra recomendación siempre es optar por un punto de acceso WiFi dedicado de alta calidad e independiente del que integran los routers ADSL
actuales. Salvo casos concretos, lo habitual es que la parte WiFi de
muchos routers de bajo coste no sea un ejemplo de compatibilidad y
calidad.
Por ello, podemos desactivar el WiFI del router ADSL e instalar un punto de acceso WiFi de gama alta como el Airport Expreme de Apple, o los que ofrecen empresas del nivel de Linksys, Netgear o D-Link.
Al elegir uno de estos puntos de acceso es importante comprobar que soporta el estándar 802.11n (hasta 300 Mbps), y cuentan con antenas internas o externas que empleen tecnología MIMO. Con ello, además de olvidarnos del cuello de botella en el WiFI
siempre que nuestros equipos soporten dicho estándar (los portátiles
vendidos durante el último año-año y medio suelen ofrecerlo),
mejoraremos la cobertura de la red inalámbrica.
Si puedes ... salta de banda
Siguiendo con la idea del punto anterior, si montamos un punto de acceso WiFi dedicado e independiente del router ADSL, es muy interesante que sea de tipo dual. Es decir, que permita funcionar en la banda de los 5 y 2,4 GHz.
La
razón es que si vivimos rodeados de las redes WiFi de otros vecinos,
estaremos sometidos a las interferencias y saturación de canales que
provocan estas WiFi que nos rodean y que, la práctica mayoría de ellas,
funcionan hoy día a 2,4 GHz. En estos casos, la mejor solución es
utilizar un punto de acceso con soporte en la banda de los 5 GHz, con lo que automáticamente trabajaremos en una frecuencia diferente sin apenas canales utilizados.
Eso sí, de nuevo necesitaremos que nuestros portátiles soporten dicha
frecuencia de funcionamiento, algo que ofrecen la mayoría de los
comercializados durante los últimos 12-24 meses. Si es así, nuestra WiFi
operará mejor y más rápido que en la banda de 2,4 GHz, amén de tener un
funcionamiento más estable con tasas de transferencia sostenidas.
Mejorar la cobertura
También
puede darse el caso de que, a pesar de tener una buena conexión y un
WiFi de última generación sin interferencias cercanas, nuestra velocidad de enlace con el punto de acceso sea escasa.
Si nos fijamos en el icono de la barra de tareas de Windows que hace
referencia la conexión inalámbrica y pinchamos sobre él, se desplegará
una lista con todas las redes detectadas a nuestro alrededor y su nivel
de cobertura.
Aquí lo importante es saber que, a menos cobertura, menor velocidad de transmisión.
Por ello, si vivimos en una casa grande, con muchos obstáculos
arquitectónicos o con varios pisos, podemos encontrarnos con que la
señal llega hasta nosotros de manera muy débil y con tasas de
transferencia mínimas.
Para resolverlo, podemos optar por varias alternativas. La primera es reubicar el router WiFi en
un lugar más cercano a nosotros (por ejemplo en una planta intermedia o
en la parte superior de una estantería). La segunda es instalar en nuestro router WiFi una antena de mayor ganancia.
Para ello la única condición indispensable es que la antena del encaminador sea extraíble. En ese caso, podremos buscar una antena omnidireccional con una ganancia mínima en torno a los 10-15 dBi en tiendas on-line como www.wifi-online.es.
Los precios son razonables (25-30 €) y a cambio lograremos ampliar la
zona de cobertura de nuestra red inalámbrica y mejorar la velocidad.
¿Qué velocidad de conexión necesito?
Dentro
del mercado residencial podemos encontrar diferentes tipos de
tecnologías para una línea de acceso a Internet. La más común por
cobertura, precio y sencillez es la ADSL, aunque tiene su principal limitación en la velocidad máxima de bajada (entre 10 y 20 Mbps las de mayor calidad).
Las alternativas se reducen básicamente a la tecnología VDSL (muy poco extendida), el cable y sobre todo a la fibra óptica, que operadores como Ono o Movistar empiezan a ofrecer a medida que van desplegando una mínima cobertura. En este último caso la velocidad inicial es de 50 Mbps y con grandes posibilidades de crecimiento en el futuro. De hecho, Ono ya está anunciando 100 Mbps para zonas muy concretas.
Dicho
esto, aunque es fácil pensar que cuanta más velocidad de bajada mejor
que mejor, en realidad no todos necesitamos lo mismo. El objetivo es
cubrir nuestras necesidades gastando lo justo, y siempre teniendo en
cuenta la cobertura de cada tecnología que llega hasta nuestro hogar.
Como orientación podemos decir que, para usuarios que hagan uso esporádico de Internet y no necesiten mucho más que navegar por algunas webs y manejar el correo electrónico, las líneas ADSL de 3 o 6 Mbps serían más que suficientes. El siguiente escalón vendría de usuarios habituales que, además, consumieran vídeo en streaming, tengan varios PCs en casa navegando al tiempo, etc. En estos casos os recomendamos ir al menos a líneas de 10 Mbps siempre que sea posible.
Por último, para los usuarios que hagan uso intensivo de Internet y sobre todo descarguen gran cantidad de ficheros desde la Red, nuestra recomendación es ir a por líneas de hasta 20 Mbps o, si es posible, alguna de las nuevas basadas en fibra óptica.
Lo que sí es importante tener en cuenta es que, si contratamos servicios de TV digital que funcionen a través de la conexión a Internet perderemos parte del ancho de banda contratado. En el caso de Imagenio
y una ADSL de 10 Mbps, por ejemplo, con el descodificador encendido
tendremos a nuestra disposición solo unos 6 Mbps para navegar desde el
PC. Un aspecto a tener en cuenta si nuestra línea no es demasiado rápida
y pensamos en contratar esta clase de servicios.
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